El fideicomiso y las entidades deportivas

Autor
Francisco Pertierra Cánepa
Medio
El Economista
Mes/Año
10 de octubre de 2023
Francisco Pertierra Cánepa

Luego de una asamblea, San Lorenzo de Almagro (CASLA) anunció un nuevo fideicomiso.

El éxito del fideicomiso como protector e impulsor de los patrimonios involucrados en los "buenos" proyectos de la economía real es ya indiscutible, especialmente en sectores donde la crisis potencializo las bondades propias del instrumento para la inversión colectiva.  

Dentro de la economía, están las asociaciones civiles, sector de particular análisis muy ligado a la emocionalidad de los argentinos donde la crisis caló hondo debido, fundamentalmente, a sus negligentes administraciones, no exentas de corrupción. 

Estas, que han producido estragos en muchos casos dolosos especialmente en los clubes deportivos, no han sabido de idoneidad y desde hace + de 20 años, otrora prestigiosas instituciones como Racing, Huracán, San Lorenzo, Ferro, River, Belgrano, Talleres, Newell´s, Colón, Comunicaciones y Remedios de Escalada entre otros, han ingresado o coqueteado con procesos concursales y recurrido algunos, al fideicomiso como "salvador milagroso". 

El impacto fue tal que el legislador, ante la quiebra de Racing de Avellaneda en el año 2000, promulgó la ley 25.284 que introdujo un procedimiento concursal especial para las asociaciones deportivas de primer grado. Entonces nació un rara avis denominado "Fideicomiso de Administración con control Judicial" que difiere de la Ley 24.522 de Concursos y Quiebras. 

Esta ley, de la que nos ocupamos oportunamente, generó gran debate sobre puntos de diferente interpretación relacionados con la gestión de patrimonios insolventes en los concursos, las deudas impagables, el fútbol profesional y su canibalismo con los deportes amateurs, el rol del administrador fiduciario y el gerenciamiento. 

Con el tiempo y el agravamiento sostenido de la economía, los clubes, aún aquellos con un desconocimiento absoluto sobre el fideicomiso, fueron interesándose en el mismo motivados por la angustiante situación financiera de sus clubes y la incertidumbre, a causa de la falta de planificación estratégica profesional. Otros, también lo utilizaron con suerte diversa para proyectos como ampliaciones de infraestructura, contratación de jugadores y saneamiento financiero. 

  • En estos días, San Lorenzo de Almagro (CASLA), a cuyo estadio denominan el nuevo Gasómetro, luego de una asamblea anunció un nuevo fideicomiso.  

Fundado en 1908, inauguró su primer estadio en el barrio de Almagro en el año 1916, llamado el Viejo Gasómetro, que luego, por urgencias económico-financieras, debió mudar en 1979. Durante mucho tiempo los hinchas peticionaron para que el estadio volviera a Boedo y fue así que en el año 2012 vio luz la Ley de Restitución Histórica sancionada por la Legislatura de CABA, por el viejo terreno propiedad del supermercado Carrefour, logrando en 2021, la habilitación para la construcción del nuevo estadio.  

En el mes de julio las autoridades del club decidieron que dicho proyecto se llevara a cabo a través de un Fideicomiso de Administración, escogiendo como fiduciario al Banco BICE, entidad financiera del Estado con experiencia en fideicomisos, y los ingresos del fondo provendrían de aportes extraordinarios del club y también, de los hinchas que quieran contribuir con el proyecto, distribuidos en tres etapas acorde a la escala de aportes.  

Dado esto y en medio de un contexto inflacionario desbordado, la primera advertencia que realizamos tiene que ver con la posible pérdida de valor de los fondos recaudados, riesgo potenciado por la mala experiencia ocurrida con el improvisado fideicomiso de Independiente a instancias del influencer Maratea, quien fuera designado como Fiduciario, donde los fondos iniciales estuvieron paralizados y sin ser invertidos, generando una pérdida concreta del poder adquisitivo y un perjuicio patrimonial.  

En el caso de CASLA, el fiduciario seleccionado dado su track récord, cuenta con la diligencia del buen hombre de negocios y el aparente expertise para cumplir el encargo de confianza preservando el valor de los fondos, cuyo destino específico es la construcción del nuevo estadio. 

Pese a no conocerse mayores detalles sobre el contrato de fideicomiso, desde la Asociación Argentina de Fideicomisos y FID entendemos el compromiso asumido por el BICE como propietario temporal de los bienes y, siendo por ese carácter el responsable final del proyecto, descontamos su conocimiento del mismo, de su diseño, técnica y sobre la futura responsabilidad de gestión.  

Pero dado nuestro foco en la defensa y difusión de las buenas prácticas en el uso responsable del fideicomiso es que alertamos previamente sobre no subestimar las complejidades propias de este tipo de proyectos que incluyen relaciones, procesos y contrataciones varias, como las de empresas constructoras, profesionales de prestigio y renombre, técnicos, auxiliares y gestión con gremios, pero que también hace a la estimación y proyecciones de costos e ingresos que brinden sostenibilidad del proyecto, esquemas de controles periódicos, administración de recursos, previsiones de riesgos, efectivo control sobre el avance de las obras y todos aquellos puntos esenciales que hacen a lograr el éxito, en este caso la construcción del estadio. 

Por todo esto es que entendemos que el fiduciario ha debido tomar nota de todos estos aspectos para poder cumplir con su deber con debida diligencia, habiendo aprendido de anteriores experiencias fallidas, donde la falta de expertise, la confusión de roles, la lejanía al negocio en marcha, las intromisiones políticas y las improvisaciones ocasionaron problemas importantes para cumplir con el encargo realizado por los fiduciantes, que en este caso, involucra no solo al club por sus autoridades, sino a toda la comunidad de socios e hinchas que depositarán en ellos la ilusión de volver a tener un club saneado con un estadio que rememore su origen.